miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Porque escribo?

Escribo para expresar mis sentimientos y escribir lo que pienso;
¿Por qué escribo? Escribo para desahogarme y escribir lo que pienso;
¿Por qué escribo? Escribo por que me mandan a escribir y escribo lo que pienso;
¿Por qué pienso? No lo se, pero solo pienso cuando escribo mis sentimientos.


sábado, 8 de octubre de 2011

Comiendo con los backyardigans

Un día en la noche, la pequeña Ana Camila se durmió con hambre y soñó que comía con sus muñequitos preferidos "Los Backyardigans" .Era una cena con una comina asquerosa como si fuera estiércol hervido y licuado, y servido en una lujosa vajilla , estos comían raro y comían cualquier cosa. La pequeña Ana Camila mientras dormía se movía mucho, como si fuera un espermatozoide en el sol, su madre la observaba y trataba de despertarla, que pasa que Camila se despertó con su pamper hecho todo un asco. Al otro día Camila encendio su televisión y vio que habían empezado los Backyardigans y en ese instante no se recordó de su pesadilla, hasta que vio a Uniqua  y apago su televisión y hasta el sol de hoy no ha vuelto a ver estos muñequitos. 

Toda Ella

Con sus lagrimas pinta sueños,
con su risa la esperanza,
en su pobreza encontró la peor riqueza.
Tiene el premio "La Miss Najayo".


Con sus palabras dice verdades,
pero la conciencia dice mentiras.
Es amiga de la hipocresía, injusticia y de las maldades. 


Sobeida fue madre y le arrebataron sus muñecas,
le arrancaron su inocencia y la flor de sus labios,
ver sus ojos es mirar tristeza, dolor y angustia.
Sueña con ser libre y ver sus muñecas decir "Mama estas aquí".

Autora: Karla Mariel Guillen Payano

Como en el mundo de Cristina

Siempre la veía asomada, y apoyada en la orilla del balcón, bien arreglada, con su pelo ondulado y negro. Todos los días la observaba, de estatura mediana por los treinta años andaba, todos los días con su mirada perdida, como si algo le faltara.

            La veía desde mi ventana en un piso frente al de ella, me saludaba con su mano alzada, siempre muy callada, siempre muy educada.

            Mas un día todo cambio, ya no parecía la misma carita sonrojada, ya no era la misma lagrima, era un llanto por la cara amoratada.

            Me saludaba con su mano, las lagrimas corrían por sus mejillas como si fuera una olla de leche hirviendo, era una de las tantas mujeres maltratadas, era  una de tantas mujeres golpeadas, era una mas de las sufrientes calladas.

                          
Autora: Karla Mariel Guillen Payano